En este artículo voy a exponer algunos hechos apoyándome en datos que siempre acaban resultando demasiado fríos. Las conclusiones obtenidas a partir de ellos invitan a la reflexión aunque no tienen porque constituir propuestas de cambio. Es más, espero sinceramente que nunca lleguen a ser aplicadas tal cual son expuestas.
En el análisis no se tiene en cuenta aspectos relacionados con la salud (física y mental) y la calidad de vida. Hacinarse en enormes rascacielos o limitar la profusión de huertos urbanos no son, para mí, opciones válidas aunque sean adecuadas desde el punto de vista del ahorro energético.
Desafortunadamente, la creciente presión demográfica obliga a plantear o, al menos, a pensar en soluciones extremas que afectarán (o ya están afectando) a nuestra calidad de vida. Montar en bicicleta, caminar por espacios verdes cercanos, vivir en tu propio hogar son objetivos irrenunciables, pero algo deberá cambiar si no queremos vernos obligados a renunciar a ellos.
UNA CUESTIÓN DE ESPACIO
En 2007 había 16.280.430 hogares es España (siento no disponer de datos más recientes) ocupados, cada uno de ellos, por dos personas y, como consecuencia de las gélidas estadísticas, la mitad de otra.
Supongamos que a todos nos diera por comprar una finca en el campo para vivir en perfecta armonía con la naturaleza. No necesitaríamos demasiado, quizás una modesta casa de 100 metros cuadrados y una pequeña parcela para cultivar algunas hortalizas. Es posible que con 625 m2 resultara suficiente.
Para cubrir esta demanda de espacio natural tendríamos que parcelar cerca de 10.500 Km2, algo así como el 2,1% de toda la superficie disponible en España que deberíamos ampliar hasta el 5% teniendo en cuenta que serán necesarias algunas carreteras, fábricas, escuelas y otros edificios públicos.
No parece mucho, pero unido a los 248.000 km2 que, actualmente, están cultivados dejaría sólo un 45% de la superficie española en estado salvaje. Aún así sería un porcentaje digno, la mitad del terreno para la civilización, la otra mitad para la naturaleza.
625 m2 (el espacio asignado a cada familia) es suficiente aunque sólo sea un cuadrado de 25 metros de lado. Si queremos ser algo más generosos y ceder a cada familia una hectárea (algo así como dos campos de fútbol), ocuparíamos el 32% de la superficie, el 37% añadiendo espacio para los servicios públicos y el 87% incorporando los cultivos. Ya sólo un 13% de la superficie podría dedicarse a espacios naturales protegidos.
La densidad en España es de 93 personas por kilómetro cuadrado ocupando el puesto 116 en la clasificación mundial (
más...). En china hay 646, en Holanda 499, 415 en Ruanda, 384 en la India, 336 en Japón o 262 en el Reino Unido. Los cálculos anteriores aplicados en estos países terminarían con cualquier rastro de naturaleza en estado salvaje.