domingo, 2 de febrero de 2014

MOOC, un nuevo concepto de aprendizaje basado en la tecnología

La formación on-line se parece a las colecciones que inundan los quioscos tras el verano y con el comienzo del año. Navajas, muñecas de porcelana, maquetas de aviones, coches, etc.

El entorno universitario no podía ser menos y todas las plataformas de formación on-line (MOOC) aparecen ahora copadas por buenos propósitos para el año que arranca. Y tenemos que agradecérselo porque podemos encontrar en ellas verdaderas joyas (más si nos vamos a universidades americanas como Standford o el MIT aunque las plataformas en castellano no se quedan a atrás).

Os recomiendo dos enlaces. El primero recopila 120 cursos que abren su inscripción en Febrero de 2014. El segundo ofrece un catálogo de 20 cursos seleccionados sobre el negocio y la gestión:empresarial.

Echadles un vistazo o ir directamente a plataformas como MiriadaX, Udacity o Coursera, no os van a defraudar. Si sois más internacionales, consultad esta entrada, encontraréis a las mejores universidades americanas como locas por publicar MOOC (los 10 mejores sitios donde encontrar MOOCs).

Aprovecho la buena nueva para hablar un poco sobre los MOOC, pues la formación va a ser un aspecto fundamental en la construcción de un Workplace, un lugar en donde se integre el trabajo diario con los sistemas de gestión de calidad haciendo a ambos casi indistinguibles.

He pasado una década coordinando proyectos internacionales de I+D en el entorno del trabajo colaborativo, la gestión del conocimiento y, sobretodo, la educación a distancia o el eLearning (que no es lo mismo, por cierto). He podido conocer así a los principales investigadores de muchas de las universidades europeas a distancia (Open University, Netherlands Open University, UNED, etc.).

Un día tuve una interesante conversación con Rob (al que apodábamos el Vikingo por su enorme constitución, y uno de los gurús del eLearning en Europa) sobre el modelo de objetos que debería implementarse en las plataformas educativas.

Por aquellos días triunfaba LOM (Learning Objects Metadata), una extensión de Dublin Core que llevaba sus modestos 11 campos hasta más de los 100. La idea era construir pequeñas unidades didácticas (Learning Objects) que pudieran ser enlazadas a partir de los metadatos que las definían hasta construir grandes y complejas propuestas formativas de forma semi-automática. Bajo este modelo subyacían conceptos como la GRANURALIDAD o la REUTILIZACIÓN de componentes. Una buena idea que no ha llegado muy lejos.

Ante tamaño esfuerzo de especificación (había planes para extender LOM hasta los 300 elementos), le comenté que no acaba de comprender porqué era más fácil encontrar cualquier contenido, incluso educativos, en LA MULA (espero que recordéis al famoso eMule aunque sea una plataforma en el límite de la ilegalidad) que en cualquier repositorio universitario. ¿Por qué en LA MULA había millones de contenidos expuestos por gente voluntariosa y en una universidad apenas podías localizar unos centenares tras ímprovos esfuerzos de concienciación y motivación del profesorado y alumnado?.

La respuesta es sencilla:
  • Había libertad. Si alguien quería publicar lo hacía de forma sencilla, sin trabas, procesos de validación y demás.
  • La gente ganaba publicando. El sistema era sencillo: cuanta más gente bajaba tus archivos, más rápido descargabas tú. Este concepto, innovador en aquel momento, se ha ido extendiendo por las redes sociales (los famosos, recomendar, +1, las medallas, favoritos, etc) y amenaza ahora a los sistemas de gestión remozado como la GAMIFICACIÓN
  • Existía un sistema de clasificación sencillo incluido en los mismos nombres de los contenidos y, que por tanto, no requería de esfuerzos adicionales. En La Mula, el nombre del archivo de una película -casi siempre ilegal, ya he dicho-, te indicaba si era Screener o DVD, subtitulada, en versión original o traducida. Nadie creó este sistema (al menos yo no conozco su origen). Surgió de la nada simplemente porque era necesario.
Sea como fuere, La Mula ganaba y las universidades perdían. Hasta que apareció en escena el manifiesto MOOC (Massive Open On-line Courses). Su nombre lo dice todo y esto es importante:
  • Massive: deben ser cursos dirigidos a grandes audiencias
  • Open: deben estar abiertos a quién quiera participar en ellos; sin trabas o complejos procesos de inscripción. Sin dejar la VISA o tus datos personales más allá de lo imprescindible (en general, el correo electrónico)
  • On-line: se debe poder acceder a ellos desde la red, no existen sesiones presenciales aunque sí tutorías, también por la red
  • Courses: evidente pero no irrelevante. Deben ofrecer formación, nada de presentaciones comerciales encubiertas.
Por cierto, por una vez España va en el grupo de cabeza de los países europeos en este área (más información...)

Y una curiosidad.  El término MOOC fue acuñado en el año 2008 por Dave Cormier cuando el número de inscritos a su curso Connectivism and Connective Knowledge (CCK08) aumentó a casi dos mil trescientos (2300) estudiantes. El record supera los 300.000 inscritos (directamente de la Wikipedia).

¿Cómo ha sido posible este cambio?, ¿cómo han conseguido las universidades atraer a las masas hasta sus plataformas de formación?.Habrá decenas de motivos, seguro que los de marketing pueden aportar algo más. Yo os dejo, como siempre, una visión muy personal y simplificada (casi naif) de algunos factores de este éxito (a parte de que sean gratuitos, claro):
  • El modelo educativo es para mí el principal factor. Aunque no es obligado, los MOOC empiezan y acaban en determinadas fechas. Tienes que inscribirte y seguir la formación si quieres sacarle partido. Puedes hacerlo a tu aire, pero hay unas fechas límite. Además están divididos en módulos de corta duración que finalizan con un pequeño examen o control lo que permite conocer el grado de progreso de cada alumno. Al final de la formación debes completar otro examen (o incluso hacer alguna práctica), éste algo más complejo, para acreditar el aprovechamiento de la formación. Finalmente, puedes solicitar un certificado que, normalmente, supone un desembolso no muy elevado y un importante beneficio para el organizador cuando hablamos de cursos con miles o decenas de miles de inscritos
  • Los MOOC se ofrecen desde plataformas abiertas. No hay que recorrer la red para encontrar alguna formación. Puedes seguir una plataforma, recibir avisos, los MOOC se difunden por las redes sociales, etc.
  • Algunos de ellos son de una calidad asombrosa. No es raro encontrarte eminencias de Stanford, el MIT o ingenieros punteros de Google impartiendo formación gratuita.
Tardaré algún tiempo, tengo otras cosas en la cabeza ahora mismo, pero acabaré hablando aquí de algunas plataformas gratuitas (por ejemplo EdX) que nos permitirán ofrecer la formación en esta modalidad en nuestras empresas.







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